Programa
Cuenta Quién Cuenta, capacitando a maestras rurales y estudiantes de
magisterio. Foto Fundación UPM.
Por Matías del Pino
Lunes 20 de agosto de 2018. – “Somos Fundación UPM.
Estamos convencidos que la educación es el eje de desarrollo de las
comunidades, creemos en las capacidades y talentos de las mismas para alcanzar este crecimiento. Esto es lo
que nos motiva a trabajar día a día dentro del área de influencia de UPM, como
forma de devolverle a la comunidad el valor humano que aporta y diferencia a la
empresa”. Así comienza un video promocional de la fundación de la empresa
finesa en donde se difunde los programas y proyectos educativos que se
despliegan en las comunidades rurales de 7 departamentos del país. En
Tacuarembó, donde se concentra el 15% de las 365 mil hectáreas en terratenencia
de UPM-Forestal Oriental, la Fundación trabaja en 30 localidades del interior
departamental (87% de las cuales tienen menos de 500 habitantes) en
coordinación con la casi totalidad de los sistemas de enseñanza pública:
Primaria, Secundaria, UTU, Enseñanza Técnica Terciaria, Formación Docente.
Talleres, charlas, seminarios y jornadas de capacitación
a maestros, exposiciones de películas, visitas guiadas a la planta de Fray
Bentos, reuniones con padres y docentes, coordinaciones, cursos de
alfabetización y continuidad educativa, pasantías y becas estudiantiles, según
los casos prestaciones en materiales educativos, edilicios, y dineros forman el
repertorio con el cual Fundación UPM “coordina” su dilatada presencia en la
educación pública tacuaremboense.
“Yo
tengo un proyecto para UPM”
Proyectos y programas socioeducativos, tanto extra
curriculares como los adaptados a los programas de enseñanza, son el eje con el
cual trabaja la Fundación con los centros educativos así como la coordinación
es el eje que la articula con las autoridades directrices de los sistemas de
enseñanza.
“Ellos trabajan en las zonas donde están las plantaciones
y saben de la problemática que existen en la zona, son muy respetuosos de
Primaria ellos siempre están coordinando las acciones de acuerdo a los
programas y propuestas de Primaria” señalo a TACUAREMBÓ AHORA, Beatriz Dipperna,
directora Departamental de Educación Inicial
y Primaria. Con este subsistema de enseñanza la Fundación lleva a
delante talleres de educación vial en escuelas de Paso del Molino, Bonilla, Tranqueras,
La Hilera, Paso Bonilla, Cerro de Batoví y Tierras Coloradas. En convenio con
la Inspección Departamental, el Instituto de Formación Docente, la Asociación
civil MATE (integrada por un grupo de maestras jubiladas de Paysandú) y
Fundación UPM se desarrolla el programa
“Cuenta quien cuenta”, que es un programa de alfabetización familiar, “donde se
trabaja capacitando a los maestros rurales y a los estudiantes de cuarto de
magisterio. En este momento ya terminaron su capacitación los estudiantes de magisterio
y maestros, y van a aplicar lo que
aprendieron en las escuelas. Lo que hacen son talleres con los padres para
incentivar el fomento de la lectura” explico María José Cuevas coordinadora de
Fundación UPM.
Según Dipperna, con Primaria también se da “la
colaboración de la Fundación con las escuelas en la parte de formación y apoyo
a las escuelas” colaboraciones que además de formativas son en materiales
educativos y ayudas en la parte edilicia.
La dinámica de proyectos genera ilusiones entre las autoridades.
Ilusiones de poder satisfacer postergadas carencias de todo tipo con atractivos
montos dinerarios proyectados. Por ejemplo, Fundación UPM tiene abierto un
llamado hasta el 30 de agosto para presentar proyectos educativos de hasta US$
20.000. Entre quienes ven allí una chance esta Raquel Zilli, subdirectora del
Liceo N° 1 de Tacuarembó. Ingresada este año al cuerpo directivo del centro,
Zilli comentó a TACUAREMBÓ AHORA que las principal urgencia de la dirección “es
resolver los graves problemas edilicios que tenemos y en eso hemos venido
trabajando”; a pesar que en la actualidad la institución no tiene proyectos con
la Fundación, la sub directora del Liceo N° 1 dice estar al corriente de lo que
se puede hacer con ella y adelanto “yo tengo un proyecto para UPM, se trata de
un proyecto de lámparas Led”. Algo similar le ocurre a Ramón Barrios director de la Escuela Técnica de Paso de los
Toros: “estamos instrumentando en la coordinación con los profesores de
trabajar en algún proyecto en común (con Fundación UPM), porque lo que nos
decía la gente de UPM es que nosotros tenemos que armar el proyecto y
presentárselo a ellos”.
A nivel de Secundaria, la Fundación tiene una mayor
presencia en San Gregorio y en Paso de los Toros. En la ciudad isabelina Fundación
UPM trabaja con todos los centros de
enseñanza media (Liceo N° 1, 2, UTU y un liceo privado). Leticia Rebuffo, directora
del Liceo N° 1 de Paso de los Toros, explico al quincenario la propuesta de
trabajo: “Ellos están trabajando con nosotros en un proyecto de psicología
positiva con los estudiantes, trabajan una cantidad de valores de psicología
positiva, actitud positiva, empatía hacia el trabajo, motivación con los
estudiantes en 11 talleres con estudiantes de 4° año (…) y a su vez están
trabajando en una coordinación con los
docentes sobre los temas. Son talleres extra curriculares”. Consultada sobre
cómo se definen los contenidos de esos talleres, Rebuffo señalo que “ellos nos trasladaron el planteo con un
marco teórico referencial, nosotros lo evaluamos y está dentro de todo lo que
se puede trabajar en educación”.
En mayo de este año, en el marco de los 10 años de
funcionamiento de la planta de UPM en Fray Bentos, un grupo de 37 docentes y
directores del liceo de San Gregorio de Polanco; UTU, liceos N°1, N° 2 de Paso de los Toros fueron invitados a una recorrida guiada por
la planta. Allí, según Rebuffo, “nos
brindaron unos materiales cuando nosotros fuimos a la planta de UPM, nos dieron
para leer, para trabajar en las aulas (…) después más adelante se va a hacer lo
mismo con estudiantes”.
En los Liceos de San Gregorio y Curtina se desarrollan
además el programa “Sembrando mi futuro”, “en donde lo que se hace es
incentivar la vocación profesional, la continuidad educativa, difundir los perfiles
forestales; como no se conoce tanto que opciones de trabajo hay en la
forestación bueno a través de este programa intentamos transmitir las opciones
que hay” explico María José Cuevas.
“Ellos
vienen a cubrir necesidades”
La dinámica de proyectos se desenvuelve a través de una
madeja de ONG´s y asociaciones civiles: DESEM Jóvenes Emprendedores, Asociación
Mate, Fundación América Solidaria, Fundación CARDIJN. “Ellos (UPM) no quieren
tener el protagonismo” explica Barrios. Para la Coordinadora de Fundación UPM
estas “organizaciones socias” tienen el know how y se les encarga a ellas el
seguimiento, la evaluación de los programas. Según Cuevas los programas
comienzan evaluando “las necesidades
detectadas previamente en los lugares o en las zonas, muchas veces en reuniones
con los directores de los centros educativos”. Cuevas señalo a TACUAREMBÓ AHORA
una experiencia reveladora del estado de necesidad de los pueblos rurales: “en
Puntas de Malbajar en Durazno donde nosotros veníamos acompañando un proceso de
trabajo de los vecinos que necesitaban un contenedor adaptado para una
policlínica y allí contribuimos. Son esos lugares que si nosotros no nos
sumamos… nos parece que en esos lugares tenemos que estar”. Esa pausa
suspensiva de Cuevas bien se puede completar con “si nosotros no nos sumamos no
se suma nadie”.
Las necesidades de los sistemas educativos públicos hacen
los contactos. Para Cesar González, director del Polo Tecnológico de
Tacuarembó, “ellos lo que hacen es el aporte de necesidades, ellos no vienen y
te dicen como tenés que hacer. Cuando se crea un programa o una currícula
nueva lo que se hace a veces es
consultarles a las empresas un poco las necesidades y las competencias que se
necesitan para técnicos u operarios, pero ellos no toman decisiones en el
programa.
El sub director de la UTU de la ciudad de Tacuarembó,
Fernando Pereira, coincide en este aspecto. “La enseñanza técnica es muy linda pero es muy cara, para enseñar
tecnología de punta tenés que tener mucha plata. Acá en mecánica se hace lo
básico con motores que capaz que cuando los gurises terminen de estudiar ya no
existe. Para estudiar mecánica hoy en día se ´precisan motores con inyección
electrónica y eso a nivel general, capaz que algunas escuelas lo pueden tener,
no se da”. La UTU citadina participo junto a Fundación UPM en un proyecto de
continuidad socioeducativa que se dio en la zona de Clara en el año 2013.
Sobre los posibles usos autopromocionales y marketineros
que estos programas pueden tener para UPM, las autoridades lo descartan. “Veo
la colaboración en el sentido de aportar a la educación de la zona, no veo que
se auto promocionen” señalo Dipperna. González también concuerda: “es todo un
tema burocrático para recibir una
donación, no podes poner propaganda de empresas en las instituciones educativa,
salvo en alguna jornada como en una muestra educativa que se puede poner una
bandera por ese día”.
Sin embargo, en los formularios a rellenar a la hora de
presentar un proyecto educativo a la
Fundación UPM aparece una clausula final
para el solicitante de fondos: “la información que se derivare del
empleo de los fondos concedidos podrá ser utilizada, incorporada y divulgada
por la Fundación UPM”. Las redes sociales de la fundación, Facebook y Youtube,
dan cuenta de un uso promocional muy activo de los programas educativos en que
participa.
Sobre
autonomías y otras plantas
La conexión UPM-educación pública discurre como una
práctica absolutamente normalizada en las burocracias y administraciones
educativas departamentales. Como toda “normalidad”, tiene dos vertientes: una
inconsciente y otra consciente. Inconsciente, en tanto no implica
cuestionamientos al modelo forestal celulósico y en corolario tampoco a la
articulación en proyectos educativos con la fundación de la empresa que lo
protagoniza. Articulación que es vista, en líneas generales, como algo “muy
positivo”, no “problemático” más bien algo necesario y necesitado para la
educación departamental.
Lo acrítico no implica ingenuidad. “Capaz que lo hagan
por cuestiones políticas- señala Fernando Pereira refriendo a los programas
educativos de la fundación-, pero no deberían. Esto es una empresa que va hacer
un negocio que le sirve. Claro, quiere algunas prebendas que le den. Ellos
quieren exoneración de esto, aportes como el tren que va a salir ahora, rutas
de determinada calidad. Ellos vienen con esas condiciones; claro es todo un
negocio, lo único que es un negocio entre un privado y un gobierno”.
Lo consiente implica ciertos límites. El de la autonomía
de los sistemas de enseñanza es uno de ellos, en particular como y quien define
contenidos educativos. Dipperna, al igual que otras autoridades consultadas,
señala que las imposiciones no son aceptables. “Aceptamos su colaboración desde
el momento de su respeto por nuestro funcionamiento y hasta ahora se ha dado
así. Más allá de eso no. Por ejemplo, PROSEGUR auspiciaba varios proyectos con
escuelas rurales y ellos nos enviaron una especie de contrato para trabajar con
las escuelas, y no sirvió porque había cantidad de cosas que invadían nuestro
territorio; entonces dijimos que no, bajo ese concepto no trabajamos y no
permitimos la colaboración de PROSEGUR”.
El director del Polo Tecnológico, institución que
coordina pasantías estudiantiles con UPM, coincide con Dipperna. Para Cesar
Gonzáles “con el tema de la autonomía tenés un límite muy marcado (…) nosotros
lo que hacemos es un sondeo de las necesidades del departamento y de la región
y ahí se hace una propuesta educativa pensando en eso, pero no que la empresa
venga y te diga precisamos esto o aquello”. Necesidades territoriales que por
las vueltas eufemísticas terminan en necesidades empresarias.
Muestra de esto es lo que le dijeron al director de la
Escuela Técnica de Paso de los Toros. “Egresados de UTU a UPM no va a entrar nadie”
así de tajantes fueron los delegados de la empresa con Barrios cuando fueron a
visitar el centro educativo; “para entrar a trabajar en la empresa ellos van a
tomar gente que tenga tecnicaturas, tecnólogos o ingenieros”. Como la ciudad
isabelina no cuenta con ninguna carrera terciaria, el director se puso en
marcha: “yo concurrí a Montevideo para entrevistarme con uno de los consejeros
de UTU con el planteo de instalar un curso más avanzado, para afirmar a los
chicos en lo que UPM pretende, y podría surgir la posibilidad de una
tecnicatura” en Paso de los Toros.