Foto:
José Morales Brum.
Dirigentes de la Asociación de Empleados Bancarios (AEBU)
se movilizaron el jueves 12 y viernes 13 en las ciudades de Artigas y
Tacuarembó para denunciar la falta de personal que afecta no solamente a las sucursales
del Banco República en Artigas, Paysandú, Tacuarembó y Mercedes, sino también a
otras en menor grado. Con ese motivo realizaron asambleas con los trabajadores
y jornadas de agitación a las puertas de las sucursales respectivas, en todos
los casos sin interferir con la atención al público.
“El martes en horas del mediodía, se hizo una
concentración en la puerta de la sucursal Artigas y previamente habíamos
participado en una asamblea con los compañeros de la sucursal a los efectos de
escuchar sus reclamos y conocer las necesidades de esa dependencia”, expresó el
consejero central Gonzalo Pérez, quien junto a los también consejeros Matías
Arbizu, Álvaro Legaspi y Dante Romero, quienes conformaron la delegación de
AEBU.
Pérez agregó que el mismo martes se realizó una asamblea
con los funcionarios de la sucursal Tacuarembó en la que “relataron las
dificultades por las que pasan como producto de la necesidad de personal. Al
mediodía hicimos una movilización a las puertas de esa sucursal con pancartas y
volantes para explicar la situación de
carencia de personal y deslindar la responsabilidad de los compañeros en las
demorar existentes en la atención al público”. Pérez precisó que “esta es una
movilización que no implica ni un minuto de paro porque es previa a la apertura
del banco y por lo tanto no tiene consecuencias sobre la atención de la gente”.
Para dar contexto a la situación planteada, Pérez afirmó
que ella se produce “en momentos en que el anteproyecto de Ley de Urgente Consideración
(LUC) establece la eliminación de las dos terceras partes de las vacantes hacia
el futuro”. Ello implica una variante que agrega mayores restricciones a las ya
existentes actualmente para la renovación de personal “hasta el momento
existían instructivos del gobierno anterior, de la OPP hacia los bancos del
Estado, que establecían la eliminación de un tercio de las vacantes. Pero, al
tratarse de un instructivo, eso daba la posibilidad de que los bancos y las
empresas públicas negociarán algunas alternativas que no se ajustaban
específicamente al tercio que debía ser eliminado”. En una de estas facilidades, “el Banco
República en 2019 adelantó las vacantes de 2020 y organizó un concurso que
alcanzó a 500 funcionarios desde 2017 a 2020 y se fue efectuando una renovación
de personal para compensar parcialmente las numerosas jubilaciones registradas.
El hecho de que ahora se vaya a eliminar por ley las dos terceras partes de las
vacantes es una restricción respecto a lo que ya existía y por lo tanto no deja
margen de negociación, porque las leyes están para cumplirlas y por lo tanto no
existiría esa posibilidad”, lamentó el consejero.
Pérez distinguió algunos matices en la situación de las
sucursales: “algunas son muy críticas, como es el caso de Artigas, Mercedes, Paysandú
y Tacuarembó. Hay más [en problemas], pero esas son las que presentan
situaciones más críticas. Y en la medida en que no tengan personal suficiente,
se van a ver en dificultades para cubrir el servicio. También están las
dependencias chicas, las que tienen dos
funcionarios y que en la medida en que se jubile el personal van a tener
dificultades para mantener la atención de manera correcta”.
Tras describir la situación de fondo y el marco alarmante
que le agrega la proyectada LUC, Pérez justificó como la principal
reivindicación del sector “el ingreso de personal lo más pronto posible a los
efectos de cubrir las vacantes que se vayan generando”.
Por su parte, el consejero Álvaro Legaspi declaró a
medios de prensa que, “según les ha informado la administración [del BROU], hay dependencias que, por carencia de
personal, correrían el riesgo de no seguir abiertas”. También expresó que, en
forma paliatoria pero excesiva por los trastornos que produce a los
trabajadores, “se han tomado medidas de traslado de personal desde una
distancia de 140 kilómetros”. Una decisión que “nos permitiría corregir
deficiencias en algunas dependencias puntuales” sería recurrir a “una lista de
prelación de 26 funcionarios” con que cuenta el banco y que, de ser llamados,
atenuarían las carencias más agudas, estimó.
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