Por José Morales Brum.
Muchas veces las autoridades políticas realizan acciones
que repercuten en solucionar de forma inmediata alguna situación adversa de
alguno de nuestros conciudadanos, ya que ello forma parte de su compromiso como
servidores públicos. Y muchas veces no se les agradece. Primero porque realizan
su trabajo y por ello perciben una remuneración, y segundo, porque en muchos
casos, forma parte de su impronta como gestor público donde su misión es la de
servir a la comunidad dentro de sus competencias.
Quienes me leen en el semanario o quienes me conocen en
lo personal, saben que la gratitud para la empresa y para mí en lo personal, es
una acción constante.
Ayer, una persona de nuestro departamento me plantea una
situación extrema que le toca atravesar circunstancialmente, constituyendo una
necesidad urgente.
Desde el semanario tenemos como regla general, en
circunstancias puntuales, disponer de alguna colaboración propia de nuestro
medio, con las limitaciones de ser una empresa pequeña.
Pero también somos conscientes que debemos de saber si
las autoridades competentes están al corriente de tales situaciones.
Ante la situación planteada por una persona, trasladé el requerimiento
al director General de Desarrollo Social de la Intendencia de Tacuarembó, Pedro
Permanyer, quien de inmediato solicitó conocer más sobre el tema, consultando
al equipo técnico de la repartición comunal que coordina.
Permanyer tomó conocimiento por mí de este planteo cuando
faltaban 15 minutos para las 18:00 horas de ayer, y sobre la marcha pidió a
algunos funcionarios que no se marcharan a la hora que les correspondía salir.
De inmediato instruyó la salida de un vehículo comunal
con técnicos especializados en esta materia, así como una partida de complemento
alimenticio para la persona antes mencionada.
Momentos posteriores, Permanyer me llamó personalmente
para ponerme en conocimiento que ya había salido el equipo con la ayuda y luego
para decirme que la asistencia ya había sido entregada.
Vuelvo y repito, más allá que puede ser una
responsabilidad de un servidor público el preocuparse y ocuparse de situaciones
de contingencia, también no es menos cierto que son personas que disponen de un
horario determinado de trabajo.
Por ello es bueno y saludable dar las gracias, no solo a
Permanyer, sino también al equipo técnico de Didesol por su actitud humanista y
comprometida con quien, en situaciones extremas, necesita de la asistencia del
Estado para paliar su situación.
No es común que por este medio haga este tipo de
publicaciones, pero, cuando la acción lo merece, bien vale el espacio para
hacerlo.
Gracias Pedro Permanyer, gracias a los técnicos y funcionarios de la Dirección de Desarrollo Social por su compromiso con la comunidad de Tacuarembó.
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