Si el dramaturgo, poeta y novelista español Ramón del
Valle Inclán viviera en Uruguay en este tiempo, seguro haría más de una novela
por lo trágico, cómico y esperpéntico que resulta el uso de la redes sociales
con fines de escrache a personas de bien por parte de determinadas colectividades
políticas.
Desde luego que esto no es nada nuevo en tiempos de la
era digital y de las comunidades virtuales, donde todavía se cree que detrás de
una cuenta de alguna red social, se goza de impunidad.
Esto quedó reflejado este fin de semana cuando un
movimiento político integrante del Frente Amplio en Montevideo, pretendió difamar,
mancillar la honra, las cualidades morales y la dignidad del edil del Partido
Nacional en Tacuarembó, Edgardo Gutiérrez Lavié.
El denominado Movimiento Vientos de la Unión (lista
197119), a través de su cuenta en la red social Facebook, acusó al curul
nacionalista de Tacuarembó de ser el propietario del campo donde la semana
pasada se realizó un gran operativo contra el narcotráfico, procurando hacer el
mayor daño moral y de desprestigio con el edil, sin tener elementos probatorios
alguno y sin que ese extremo sea veraz.
Edgardo Gutiérrez es el típico ejemplo de cómo estos aparatos, perversamente engrasados, puede acabar con la vida de cualquiera de nosotros en un instante. Gutiérrez podemos llegar a ser cualquiera de nosotros mismos. Por eso, la defensa de su causa y la limpieza de su nombre, es algo que nos debería de concernir a todos.
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