Por
Dr. Carlos Benavides
Es normal sentirse triste, estresado, confundido,
angustiado, asustado o enojado durante una crisis.
Puede ser de ayuda hablar con personas de confianza.
Dado que debemos permanecer en casa, mantengamos un
estilo de vida saludable lo que incluye seguir una dieta adecuada, dormir lo
suficiente, hacer actividad física, y mantener contactos sociales con sus seres
queridos por correo electrónico, teléfono o las redes que sean con otros
familiares, amigos y afectos, tómese al
menos 5 minutos al día para hacerlo.
No es recomendable recurrir al tabaco, el alcohol u otras
drogas para lidiar con las emociones.
Si se siente superado por la situación, háblelo con su
médico de referencia.
Para ello, tenga un plan, sepa dónde y cómo buscar ayuda
para atender sus necesidades de salud física y mental, si es necesario.
Infórmese sobre los hechos. Reúna información que le
ayude a determinar con precisión su nivel de riesgo para poder tomar
precauciones razonables.
Minimice el tiempo que dedica a mirar, leer o escuchar
noticias que le causen ansiedad o angustia. Busque información únicamente de
fuentes confiables y de referentes científicos y sanitarios locales o
nacionales y principalmente sobre medidas prácticas que le ayuden a hacer
planes de protección para usted y sus seres queridos. Busque actualizaciones de
la información no más de una o dos veces al día, a horas específicas. El flujo
repentino y casi constante de noticias acerca de un brote epidémico puede hacer
que cualquiera se sienta preocupado. Infórmese sobre lo que en realidad está
sucediendo, no escuche los rumores y la información errónea.
Limite su nivel de preocupación y nerviosismo reduciendo
el tiempo que usted y su familia pasan viendo o escuchando noticias de los
medios de comunicación que les generen malestar.
Al final de cada día haga una lista corta (en su mente o
por escrito) sobre las formas en las que pudo ayudar a otros o las razones por
las que está agradecido/a, como por ejemplo “ayudé siendo amable con alguien
que estaba enojado” o “estoy agradecido por el apoyo que recibo de mis
amistades”.
Busque oportunidades de amplificar las historias e
imágenes positivas y alentadoras de personas de su localidad que tuvieron
Covid-19, por ejemplo, historias sobre las personas que se recuperaron o que
cuidaron a un ser querido durante la recuperación y que estén dispuestas a
hablar sobre esta experiencia.
Mantenga la rutina y los horarios habituales en la medida
de lo posible o ayude a crear nuevas rutinas u horarios, incluido el ejercicio
regular, la limpieza y las tareas domésticas diarias, y otras actividades como
cantar y bailar y reitero: mantenga
contacto regular con sus seres queridos (por ejemplo vía telefónica o de otra
manera).
Con respecto a los niños, es común que durante las épocas de crisis y estrés muestren más necesidad de estar cerca de sus padres y de recibir más atención. Hable sobre Covid-19 con los niños y apóyese en información franca y adecuada para la edad. Si sus hijos tienen preocupaciones, abordarlas juntos podría disminuir la ansiedad. Los niños observarán los comportamientos y las emociones de los adultos para buscar señales que les indiquen cómo manejar sus propias emociones en los momentos difíciles.
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