viernes, 9 de marzo de 2018

Dos años sin Martha


Exsenadora Martha Montaner. Foto: S/D de autor.

Por Maximiliano Campo
(Edil Departamental – Partido Colorado).

Este 9 de marzo se cumplen dos años del fallecimiento de la doctora Martha Montaner. Martha nació en Tacuarembó, el 6 de enero de 1955. Desde muy joven acompañó a su padre don Jaime Montaner (diputado, senador, ministro de Ganadería), en la actividad que luego asumiría como propia para el resto de su vida. Martha recordaba con nostalgia y cariño a don Jaime, y se le humedecían los ojos cuando contaba las anécdotas de las avalanchas coloradas y los actos partidarios. También solía recordar con humor cómo peleaba con una maestra de la escuela en defensa de don Frutos Rivera, por la admiración que le producía ver en su casa desde muy pequeña a personajes como Alba Roballo, Manuel “Maneco” Flores Mora, Zelmar Michellini, Amilcar Vasconcellos, entre otros destacados dirigentes de la época. Podríamos decir que la política abrazó a la doctora Montaner desde los inicios de su vida.

Martha es sin dudas una de las mujeres más importantes que ha tenido Tacuarembó y el Partido Colorado. Fue diputada en tres ocasiones (1995, 2000 y 2010) también ocupó una banca en el Senado (2015). Además ocupó la Secretaria General del Partido Colorado de Tacuarembó, e hizo historia siendo la primera mujer en ocupar el más alto cargo en un partido político en nuestro país siendo electa Secretaria General del Partido Colorado.

Dentista de profesión Martha dejo marcado en los que la conocieron su afecto, su personalidad firme pero cariñosa, su alegría, sus consejos de madre, su don de gente.

Martha pudo haber optado por una vida más cómoda, sin los altibajos que implica la actividad política, sin sacrificar tanto tiempo junto a su familia. Sin embargo, su vocación de servicio y su amor por sus semejantes la llevaron a dedicar su vida a los demás a través del Partido de Don Frutos Rivera. Recuerdo que solía decir, reivindicando su adhesión tan racional como emocional al partido; “yo primero me hice colorada, luego empecé a entenderlo”.

Siempre estuvo para ayudar, lo hizo desde grandes obras por las que luchó incansablemente y pudo concretar como la Casa de la Hospitalidad, el Liceo de Curtina, la Oficina de la Violencia Doméstica, la recolección de firmas y luego la obtención del ómnibus para que los ciudadanos de Tacuarembó disfrutarán del transporte público. Así como también desde proyectos ambiciosos pero que buscaban soluciones tales como la Jubilación del Ama de Casa, la solución de vivienda para las mujeres que sufren la violencia doméstica, la extensión de la cuota de género y varios más. Pero Martha no estuvo solo en lo grande, su humanidad y sensibilidad la llevo a hacer cosas quizás no tan grandes pero con un valor humano inmenso, la fiesta de los niños por ejemplo, donde muchos de los niños menos pudientes podían disfrutar y recibir un regalo que quizás de otra manera no podrían recibirlo, otro de los ejemplos fueron las jornadas para conocer el mar, donde muchos niños de Tacuarembó tuvieron la posibilidad de ver el mar por primera vez.

Al momento de despedirla colegas de todos los partidos destacaron su trabajo, su dedicación y su grandeza. Martha siempre hizo el bien sin mirar a quién, en su trabajo político así como en su dimensión más humana. Hay una anécdota que resume esta característica tan propia de Martha. Cuando el Frente Amplio aún no tenía legislador en Tacuarembó, quien se ocupaba de nuestro departamento era la actual diputada Daisy Tourné, cada vez que Daisy concurría en ómnibus a nuestra ciudad, Martha ponía su vehículo con su hijo de chofer al servicio de su colega. Una actitud aleccionadora en estos momentos de enfrentamiento y fractura política y social.

Martha fue una mujer increíble de la cual pude aprender muchísimo así como muchos jóvenes de los cuales se rodeaba, sin duda su ausencia se nota, desde el afecto hasta los tirones de oreja, todo se extraña, pero su ausencia es solamente física, su espíritu luchador nos acompaña todos los días, así como acompaña a todos los que la conocieron y trabajaron a su lado.
Martha Montaner nos dejó más pronto de lo que todos esperábamos, dos años después continuamos teniéndola presente siempre, su legado sigue y seguirá vivo en la tarea de los Colorados y Batllistas, como también en todos los corazones de los ciudadanos de nuestro Tacuarembó al que ella tanto le dio.

Como dijo el expresidente Julio María Sanguinetti el día que la despedimos en el cementerio local: “Martha hoy te lloramos, pero mañana te continuamos”; en eso, desde nuestro humilde lugar seguiremos.

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