Exsenadora
Martha Montaner. Foto: S/D de autor.
Por Maximiliano Campo
(Edil Departamental – Partido Colorado).
Este 9 de marzo se cumplen dos años del fallecimiento de
la doctora Martha Montaner. Martha nació en Tacuarembó, el 6 de enero de 1955.
Desde muy joven acompañó a su padre don Jaime Montaner (diputado, senador, ministro
de Ganadería), en la actividad que luego asumiría como propia para el resto de
su vida. Martha recordaba con nostalgia y cariño a don Jaime, y se le
humedecían los ojos cuando contaba las anécdotas de las avalanchas coloradas y
los actos partidarios. También solía recordar con humor cómo peleaba con una
maestra de la escuela en defensa de don Frutos Rivera, por la admiración que le
producía ver en su casa desde muy pequeña a personajes como Alba Roballo, Manuel
“Maneco” Flores Mora, Zelmar Michellini, Amilcar Vasconcellos, entre otros
destacados dirigentes de la época. Podríamos decir que la política abrazó a la doctora
Montaner desde los inicios de su vida.
Martha es sin dudas una de las mujeres más importantes
que ha tenido Tacuarembó y el Partido Colorado. Fue diputada en tres ocasiones
(1995, 2000 y 2010) también ocupó una banca en el Senado (2015). Además ocupó
la Secretaria General del Partido Colorado de Tacuarembó, e hizo historia
siendo la primera mujer en ocupar el más alto cargo en un partido político en
nuestro país siendo electa Secretaria General del Partido Colorado.
Dentista de profesión Martha dejo marcado en los que la
conocieron su afecto, su personalidad firme pero cariñosa, su alegría, sus
consejos de madre, su don de gente.
Martha pudo haber optado por una vida más cómoda, sin los
altibajos que implica la actividad política, sin sacrificar tanto tiempo junto
a su familia. Sin embargo, su vocación de servicio y su amor por sus semejantes
la llevaron a dedicar su vida a los demás a través del Partido de Don Frutos
Rivera. Recuerdo que solía decir, reivindicando su adhesión tan racional como
emocional al partido; “yo primero me hice colorada, luego empecé a entenderlo”.
Siempre estuvo para ayudar, lo hizo desde grandes obras
por las que luchó incansablemente y pudo concretar como la Casa de la
Hospitalidad, el Liceo de Curtina, la Oficina de la Violencia Doméstica, la
recolección de firmas y luego la obtención del ómnibus para que los ciudadanos
de Tacuarembó disfrutarán del transporte público. Así como también desde
proyectos ambiciosos pero que buscaban soluciones tales como la Jubilación del
Ama de Casa, la solución de vivienda para las mujeres que sufren la violencia
doméstica, la extensión de la cuota de género y varios más. Pero Martha no
estuvo solo en lo grande, su humanidad y sensibilidad la llevo a hacer cosas
quizás no tan grandes pero con un valor humano inmenso, la fiesta de los niños
por ejemplo, donde muchos de los niños menos pudientes podían disfrutar y
recibir un regalo que quizás de otra manera no podrían recibirlo, otro de los
ejemplos fueron las jornadas para conocer el mar, donde muchos niños de
Tacuarembó tuvieron la posibilidad de ver el mar por primera vez.
Al momento de despedirla colegas de todos los partidos
destacaron su trabajo, su dedicación y su grandeza. Martha siempre hizo el bien
sin mirar a quién, en su trabajo político así como en su dimensión más humana.
Hay una anécdota que resume esta característica tan propia de Martha. Cuando el
Frente Amplio aún no tenía legislador en Tacuarembó, quien se ocupaba de
nuestro departamento era la actual diputada Daisy Tourné, cada vez que Daisy
concurría en ómnibus a nuestra ciudad, Martha ponía su vehículo con su hijo de
chofer al servicio de su colega. Una actitud aleccionadora en estos momentos de
enfrentamiento y fractura política y social.
Martha fue una mujer increíble de la cual pude aprender
muchísimo así como muchos jóvenes de los cuales se rodeaba, sin duda su
ausencia se nota, desde el afecto hasta los tirones de oreja, todo se extraña,
pero su ausencia es solamente física, su espíritu luchador nos acompaña todos
los días, así como acompaña a todos los que la conocieron y trabajaron a su lado.
Martha Montaner nos dejó más pronto de lo que todos
esperábamos, dos años después continuamos teniéndola presente siempre, su
legado sigue y seguirá vivo en la tarea de los Colorados y Batllistas, como
también en todos los corazones de los ciudadanos de nuestro Tacuarembó al que
ella tanto le dio.
Como dijo el expresidente Julio María Sanguinetti el día
que la despedimos en el cementerio local: “Martha hoy te lloramos, pero mañana
te continuamos”; en eso, desde nuestro humilde lugar seguiremos.
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