viernes, 11 de agosto de 2017

Cámara de Diputados votó el proyecto de ley de Salud Mental

Intervención de la diputada del Partido Colorado por Tacuarembó, Susana Montaner.

Diputada Susana Montaner. Foto: José Morales Brum.

Señor presidente, después de haber escuchado al miembro informante es muy poco lo que se puede agregar, salvo comunicar la posición de la bancada del Partido Colorado.

Es obvio que vamos a apoyar calurosamente este proyecto de ley, no solo porque lo compartimos, sino porque en el programa de gobierno que presentamos a la ciudadanía en 2014 hay un capítulo expresamente dedicado a desarrollar una nueva política nacional en materia de salud mental. Una de sus partes dice: "Promover la mejor calidad de vida a los enfermos mentales, educación a sus familias y contención del grupo familiar". Asimismo, como objetivos se fijaban: "Procurar la disminución de pacientes institucionalizados en las Colonias y mejorar la calidad de atención y vida de los mismos. Educar a las familias", como bien dijo el diputado preopinante, "de los pacientes con patología psiquiátrica crónica y severa para una convivencia de calidad para el núcleo familiar. Desarrollar un sistema de atención de enfermos psiquiátricos en crisis ya que no hay estructuras de contención para estas situaciones. Avanzar en alternativas que permitan extender la asistencia a los pacientes psiquiátricos después de los 30 días de internación".

Y algo similar encontramos en la propuesta que en su momento presentó el Frente Amplio, en la que se establece como área prioritaria la salud mental.

En nuestra propuesta se hizo mucho énfasis en la afectación de los trastornos mentales severos y recurrentes, las problemáticas de violencia y muerte violenta, y el consumo problemático de sustancias y las adicciones.

La Ley Nº 9.581, que era para otro tiempo, tal como aquí se dijo, quedará derogada. Evidentemente, cumplió su ciclo porque ya no es la adecuada para los tiempos en que vivimos.

Con esta ley estamos haciendo lo más importante, pero debemos tener en cuenta que no es mágica, porque no alcanza solamente con su aprobación. A veces, en Uruguay creemos que aprobando una ley ya está todo pronto pero, lamentablemente, no es así; eso es solo el comienzo. En realidad, aprobamos la ley, festejamos y avanzamos, pero no debemos olvidar  aunque a veces lo hacemos  que ese es el comienzo de algo, nunca el final. Lo más importante es lo que viene al día siguiente, es decir cómo la vamos a aplicar, cómo la vamos a llevar a tierra  por decirlo de alguna manera  y cómo vamos a hacer para cumplir lo que está previsto en ella, porque de lo contrario solo nos llenamos de leyes y nos olvidamos de hacerlas cumplir.

Lo más atractivo que tiene este proyecto de ley  como me señalaban mis asesores  es el Capítulo V, ya que establece un gran cambio en el abordaje. Se trata de un abordaje que busca integrar a la persona que padece esos trastornos a la familia y a la sociedad.
De todos modos, pienso que este proyecto de ley podría profundizar más en la capacitación de las familias. En el tercer inciso del artículo 16 se expresa: "En el proceso asistencial se integrarán los recursos comunitarios y se procurará la participación de familiares de las personas con trastorno mental".

El artículo 17 refiere al reforzamiento y la restitución de los lazos sociales. Esos familiares necesitan asistencia, tienen que saber cómo encarar la situación y no siempre lo saben.
También queremos referirnos al tema del contralor. La existencia de un contralor adecuado va a tener mucho que ver con el éxito de las normas, porque si aprobamos normas y después no hay un contralor adecuado de su cumplimiento, realmente estaremos en problemas.

Se crea un órgano desconcentrado del Ministerio de Salud Pública y todos sabemos que, según el derecho administrativo, los órganos tienen distintos niveles de desconcentración; se puede llegar hasta un servicio descentralizado, pero hay órganos desconcentrados con mayor dependencia. Aquí no se establece cuál va a ser la estructura de este órgano desconcentrado. Suponemos que va a tener inspectores, personas que realicen estos controles, que son imprescindibles.

Naturalmente, habrá una etapa de transición. ¿Será el inspector de psicópatas, figura creada por la Ley N° 9.581, o quien ocupe el cargo de inspector general de psicópatas, creado por la Ley N° 16.170? Eso nos preguntamos nosotros.

En este proyecto de ley se deroga la Ley N° 9.581 y, por lo tanto, el cargo de inspector de psicópatas. En derecho administrativo existe lo que llamamos el derecho de avocación, que consiste en que el jerarca de un órgano desconcentrado se avoque esas funciones. En este caso, nos preguntamos si el ministro sabe que va a tener que cumplir con las tareas de contralor y aplicar eventualmente algunas sanciones. Reiteramos que sin contralor y sin sanciones no vamos a tener la tranquilidad de que esta norma, que consideramos tan apropiada, realmente sea aplicada en su totalidad.

Quizás el aporte más grande que podemos hacer es poner énfasis en la capacitación de las familias, si es que vamos a integrar a los pacientes a la sociedad y no a depositarlos en instituciones, donde a veces no se los cuida adecuadamente. No quiero dar ejemplos pero sabemos que hay muchos, y muy tristes, que han sacudido a nuestra sociedad y han salido públicamente a la luz.

Si no preparamos a las familias, a esos núcleos de atención y de relaciones afectivas, no vamos a cumplir del todo con los objetivos de este proyecto de ley que nos parece totalmente compartible.

Por todo lo expuesto, nuestra bancada va a apoyar en forma consciente este proyecto de ley que consideramos acertado. Gracias, señor presidente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario