lunes, 15 de febrero de 2016

¿A quién benefician los préstamos?

Por Sor Adelina Gurpegui.

Hace unos días leía en “El Avisador” un buen artículo sobre las pingües pensiones de las personas mayores que no han aportado (lo que no significa que no han trabajado), para la jubilación.

Estas pensiones quedan ridículas con la moda de los “préstamos”. Es increíble ver las colas de abuelos para solicitarlos, lo peor son los anuncios halagadores y sugerentes en las casas que los ofrecen. La presión ejercida sobre personas, muchas veces con demencia senil que no saben lo que hacen, acuciadas otras por problemas financieros de familiares, cuidadores y otros oportunistas.

Creemos que el tema merece una seria reflexión e incluso alguien debería tomar medidas. Si las pensiones son escasas con los préstamos quedan reducidas al mínimo, a veces a la nada.

Pero, ¿a quién benefician? No hay duda que los primeros beneficiados son los prestamistas, que engordan sus arcas con el saqueo de personas indefensas. Los abuelos han sabido vivir con menos y en estrechez, saben partir un peso en dos. Ellos no las piden, lastimosamente son los acompañantes, la familia, los nietos, incluso los hijos y claro ¿Cómo van a negar al nieto el celular último modelo? ¿Cómo no van a modernizar la casa que con sacrificio han hecho para los hijos? ¿Cómo no apoyar este viaje que tanto anhela la sobrina? ¿Y la moto? La necesita para el trabajo.

Todavía más grave y hablamos sin miedo y con experiencia fundada. Muchas veces, después de conseguir el préstamo, los abandonan. Esto es cruel y denunciable, pero, ¿quién lo hará si los encargados de proteger al anciano son los que los han saqueado? ¡Por favor! Creemos que no solo su pensión es para que viva, sino que deberíamos ocultarles nuestros problemas y resolverlos como ellos lo han hecho, para que no se preocupen y sufran más. Tienen suficiente con las limitaciones que acarrea la edad, los dolores, la soledad natural porque los hijos van saliendo con su familia. Si no podemos cuidarlos, busquemos quien lo haga con cariño y respeto, pero antes de despojarlos. Y esto: el cariño y agradecimiento, no cuestan dinero, siempre se lo podremos seguir prodigando allá donde se encuentre.

Vamos a ser más concretas (diremos que se confirma lo dicho con algunos ejemplos). Últimamente ya son 6 los ancianos que han ingresado con préstamos, aunque en teoría no debieran admitirse, lo hacemos pensando en ellos, en su situación.

Transcribimos, permiso de la interesada, uno de los últimos casos, cambiando los nombres y lugares por otros ficticios.

“A nuestro Hogar de Ancianos llega, por propia voluntad y acompañada de su hija, Javiera, de 74 años, nacida en campaña donde ha trabajado toda su vida muy duro, haciendo ladrillos, cargando etc. analfabeta y huérfana desde la infancia.

Según manifiesta la interesada, hasta hace unos días y desde hace 2 meses y medio, se hallaba interna en una pensión, donde pagaba, como corresponde, su sueldo y canasta familiar. A pesar de ello fue obligada a sacar un préstamo de 15.000 pesos que queda por pagar durante 2 años. Trae sus documentos pero no tiene ningún objeto personal ni ropa u otros enseres.

Aqueja dolor lumbar e indica, hecho que queremos denunciar, que durante el tiempo que ha permanecido en esta pensión ha sido maltratada, vejada, insultada, física y moralmente. Cerrada en una habitación con 2 hombres, solamente salían al comedor y a un pequeño pasillo. No permitían las visitas de familiares ni podían salir a la luz del sol.

La dueña de la pensión, sustrajo y fotocopió su cédula con intención de sacar préstamo por el total del sueldo, pero no pudo porque llevó a la abuela para poner la huella (no sabe escribir) hasta la entidad financiera, pero se negó a hacerlo y a volver a esa casa. Fue la policía quien la condujo a Comisaría donde fue recogida por un sobrino, que no teniendo posibilidades de cuidarla, buscó a la hija y recurrieron al Hogar.

Pero son muchos los que, incluso en sus casas, se sienten maltratados y explotados.


¿No estaremos todos implicados en este calvario, si no con la acción, al menos con el silencio?

No hay comentarios:

Publicar un comentario